miércoles, 18 de agosto de 2010

Judíos en Valparaíso en el siglo XIX


Manuscrito de la Proclamación de la Independencia en el Congreso Nacional, Valparaíso

Los cambios globales producidos por dos grandes revoluciones, la social en Francia y la industrial o económica en Inglaterra, fueron el verdadero motivo que condujo a cambios políticos, también globales, entre los que se cuentan los movimientos independentistas americanos. Como consecuencia de lo anterior, Chile se abre a la inmigración después de la Independencia, y Valparaíso se convierte en la puerta natural de este fenómeno a causa de su posición estratégica en el Pacífico.

Es así como en la primera mitad del siglo XIX comienzan a establecerse en el puerto algunos judíos provenientes de Alemania, que a causa de la comunidad de lengua y cultura se incorporan al quehacer local en el contexto de la colectividad germana.

La primera institución alemana en Valparaíso fue el Club Alemán, fundado en 1838, que originalmente funcionó en una vieja propiedad aún en pie en el barrio histórico del puerto. Entre sus socios iniciales figura el judío Hipólito Adler, representante de una firma comercial de Hamburgo.


Actual ubicación del Club Alemán de Valparaíso en el Palacio Ross

Hasta las llamadas Leyes Laicas instituidas a fines del siglo, los nacimientos, matrimonios y defunciones de los no católicos debían registrarse en los Libros de Disidentes de la iglesia La Matriz, y los entierros se realizaban en un sector apartado del cementerio local, que había adquirido la colectividad británica.

En 1867 los alemanes deciden solucionar el problema de la educación de sus hijos, que no eran admitidos en los establecimientos católicos, y fundan el Colegio Alemán de Valparaíso. A esta fundación concurren, en calidad de apoderados o donantes, varias familias judías de origen alemán, como las de Morry Schlesinger, Philip Calman, Wilhem Mack, Carlos Seckel y otros, incluido el converso Julius Bernstein.

Colegio Alemán de Valparaíso en el cerro Concepción

Entre los judíos germanos venían algunos de la comunidad hispano-portuguesa establecida en Hamburgo en épocas de las expulsiones iberas, que adhirieron naturalmente a las instituciones alemanas porteñas y se dedicaron, como sus correligionarios, a actividades comerciales en Valparaíso, sin manifestar interés por las religiosas. De hecho, la mayoría de los judíos alemanes llegados en este período, se convirtió en el largo plazo.

En 1851 se organiza en Valparaíso la primera institución bomberil voluntaria del país, en la que participa la mayoría de los judíos establecidos en Valparaíso, formando parte de la segunda compañía con el nombre de Bomba Germania.

Bomba Germania de Valparaíso en la Plaza Sotomayor

El libre pensamiento que había comenzado a manifestarse en Valparaíso por influencia de las colectividades extranjeras, alcanzó su culminación con la fundación de la primera logia masónica de habla castellana, Unión Fraternal Nº 1, fundada en 1853 por el judío Manuel de Lima, de origen hispano-portugués pero que también activaba en las asociaciones alemanas. Esta fundación, a la que concurrieron otros judíos porteños, dio origen a la Gran Logia de Chile, que permaneció en Valparaíso hasta 1906.

La Ley de Cementerios Laicos de 1883 dio origen al Cementerio Nº 3 de Playa Ancha, en el cual la colectividad alemana porteña adquirió un espacio que hasta hoy es conocido como Cuartel Alemán. Es interesante observar que, a pesar de la cruz, las primeras tumbas instaladas inmediatamente detrás de la reja de acceso, corresponden a familias judías.


Cuartel Alemán en el Cementerio de Playa Ancha


A fines del siglo XIX comenzaron a establecerse en Valparaíso judíos rusos que huían de las persecuciones zaristas, algunos centroeuropeos y otros sefardíes provenientes de países del imperio turco. En la segunda década de la centuria siguiente, estos dieron origen a la primera entidad judía unitaria de Chile, la Sociedad Max Nordau, que luego de una escisión, quedó constituida sólo por el elemento sefardí y continúa su existencia hasta hoy. La casi centenaria Sociedad Max Nordau, fundada en 1916, será motivo de otra nota.

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